Hoy en día tanto el mortero como el cemento y el hormigón son muy usados en la construcción pues se trata de los materiales que cimentan los edificios, por lo que es importante saber cómo es cada uno y para qué sirven de una manera más precisa.
La diferencia básica reside en que el cemento es un polvo que une y que nunca se usa solo, mientras que el hormigón es un compuesto formado con cemento, arena y grava, así como el mortero es una mezcla pero ejecutada con cemento y arena. Por tanto, vemos que el cemento parte para poder realizar la mezcla con los otros dos elementos.
El cemento es un conglomerado hidráulico que se combina con agua para ser un producto tan flexible como manipulable y que, a su vez, hace que los procesos sean más duros gracias a sus propiedades de pegamento. Así, este material se origina con arcilla, piedra, arena y otros materiales, los cuales se trituran hasta dar con la mezcla final.
Del cemento al hormigón y al mortero
El hormigon sería el resultado de una mezcla de agua y otros agregados como piedras pequeñas a modo de gravilla y otras más grandes como grava, y arena. Al adicionar el agua, el cemento hace de elemento adhesivo y une todo lo que hay para que la mezcla resulte uniforme. Además, como hay piedras se logra una mezcla resistente e indestructible, de ahí que sea la base de cualquier edificación.
Finalmente, el mortero quedaría compuesto de cemento y arena, y cuando se lleva a cabo la mezcla con ambos productos, se produce una activación del cemento, siendo realmente útil para la unión de ladrillos.
En definitiva, conocer las diferencias entre estos elementos es fundamental, sobre todo para quienes trabajan en el sector de la construcción.