Una de las decisiones más difíciles de tomar a la hora de comprar o reformar una vivienda consiste en decidir el tipo de suelo que vamos a colocar. El mercado nos ofrece una gran cantidad de variedades en cuanto a materiales, formas y colores para que podamos escoger el que mejor se adapta a nuestras necesidades o las de nuestro hogar.
Una de las tendencias más aclamadas de este tipo de revestimiento son los pavimentos continuos, los cuales aportan numerosas ventajas al espacio en el que se instalan. Estos suelos se caracterizan por la ausencia de juntas, aportando así sensación de continuidad y amplitud, además de mejorar la estética y facilitar el mantenimiento.
¿Qué tipos existen?
Resina epoxi
Este tipo de suelo se caracteriza principalmente por su dureza y resistencia. Además, su manipulación es fácil y el acabado presenta una textura agradable y una gran variedad de colores. Este material soporta temperaturas de hasta 70 ºC, lo cual lo hace idóneo para pavimentos de fábricas o industrias.
Microcemento
Este material se compone de cemento, fibras, áridos y pigmentos que permiten diferentes acabados y diseños muy originales. Una de sus principales ventajas es su impermeabilidad y resistencia a la compresión.
Cemento y hormigón pulido
Para conformar este tipo de suelo se añaden arenas silíceas al cemento u hormigón, con el fin de aumentar el espesor del pavimento y conseguir una textura más suave. Este material admite la imprimación de pinturas y estampados.
Microterrazo
Este tipo de suelo presenta un mantenimiento muy sencillo, permite una gran cantidad de diseños y su restauración es bastante fácil. Podemos encontrarlos en interiores con un nivel de tráfico peatonal elevado.
Ahora te toca a ti, solo tienes que escoger los tipos de pavimentos continuos que mejor se adapten a tus necesidades y comenzar a disfrutar de sus características y prestaciones.