Si vas a construir o remodelar un porche o una terraza en tu vivienda y no sabes qué suelo poner, debes barajar la opción del hormigon impreso, ya que se trata de un material que ofrece múltiples ventajas. Este elemento, formado principalmente por agua, cemento y algunos agregados, destaca por su larga duración y por su gran dureza y resistencia.
Un material muy apto para una terraza
Como hemos señalado, el hormigon impreso es un componente tremendamente duro y que resiste tanto las temperaturas altas como las bajas. Debemos destacar su carácter antideslizante, por lo que evitarás, al menos en gran medida, los resbalones repentinos en tu terraza, incluso cuando haya humedad. Esta peculiaridad es especialmente interesante en zonas en las que las lluvias son abundantes.
Además, es impermeable. En este sentido, evitar las filtraciones de agua previene algunos problemas, como, por ejemplo, la aparición de humedades que pueden dañar el pavimento. Podemos destacar, asimismo, su gran resistencia tanto a golpes como al esparcimiento accidental de líquidos corrosivos.
Por otro lado, los suelos de esta clase de hormigón son muy fáciles de limpiar y no precisan de un mantenimiento complicado. Basta con aplicar agua y, una vez se haya secado, barrer la superficie para mantener el firme en perfecto estado.
Otra de las ventajas de elegir este hormigón para una terraza es su sencilla instalación y la rapidez con la que se lleva a cabo. Es un componente que se adapta perfectamente a cualquier tipo de terreno, aunque este presente alguna irregularidad.
Finalmente, el hormigón impreso nos ofrece la posibilidad de elegir entre multitud de acabados. Admite infinidad de diseños, tanto con distintas formas geométricas como con una amplia variedad cromática, por lo que se pueden conseguir pavimentos personalizados al gusto del propietario de la vivienda. Como puedes comprobar, es un material muy versátil y polivalente.