El material principal que ves en la mayoría de calles y aceras es el hormigón árido visto que da lugar al pavimento desactivado, un tipo de suelo con infinidad de ventajas frente a otro tipo de hormigones utilizados.
Este tipo de pavimento los conseguimos aplicando un agente químico sobre una placa de hormigón en la que también hay piedras, dicho producto actúa retardando el secado de la capa superior de este material.
Al cabo de unas horas, el exceso de hormigón superficial se retira con ayuda de unas hidrolimpiadoras, quedando a la vista el modelo de piedras escogidas para ese suelo.
El pavimento desactivado tiene numerosas ventajas, entre las que destaca su elevada resistencia a los cambios bruscos de temperatura, sus propiedades antideslizantes, dureza y capacidad de adaptarse a cualquier superficie.
Usos
Este tipo de pavimentos tiene la capacidad de adaptarse a todo tipo de superficies exteriores debido a su aspecto simple, estético y multitud de óptimas propiedades. Puedes jugar con diferentes combinaciones y colores para lograr el aspecto de suelo deseado. Es muy utilizado tanto para espacios públicos como privados.
Debido a su aspecto final de piedra, con él puedes dar un toque rústico a cualquier lugar. En pavimentos de conventos, plazas, aceras y calles de pueblos es muy utilizado. Debido a su alta propiedad antideslizante está muy presente en los pavimentos de aparcamientos. Además, otros lugares públicos en los que está presente es en jardines, parques e incluso en centros comerciales.
Para terrazas o patios es muy recomendable este tipo de pavimento, ya que tiene una larga vida útil y alta resistencia, además, no necesita de un mantenimiento excesivo. Otro uso puede ser en bordes de piscina, ya que una de sus propiedades es su agradable estética. Además, es muy resistente al agua y cambios de temperatura que se pueden dar en este lugar.